viernes, 15 de mayo de 2009

Thomas Mann



Thomas Mann

El escritor de origen alemán Thomas Mann, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1929, está considerado como una de las figuras literarias más destacadas del siglo XX. En su obra narrativa, protagonizada por personajes sumidos en profundos conflictos espirituales, utilizó profusamente la ironía y el análisis psicológico. En su obra más conocida, La montaña mágica (1924), analizó en detalle la Europa de su época. Criticó abiertamente el régimen nazi por lo que en 1936 perdió la ciudadanía alemana.


Biografía

Thomas Mann (1875-1955), novelista y crítico alemán, una de las figuras más importantes de la literatura alemana de la primera mitad del siglo XX; sus novelas exploran la relación entre el artista y el burgués o entre la vida contemplativa y la de acción.

Hijo de una acaudalada familia de comerciantes, nació en Lübeck, Alemania, en 1875. Tras estudiar en un instituto de dicha ciudad, marchó con su familia a Múnich, en cuya universidad, preparándose para ser periodista, estudió historia, economía, historia del arte y literatura.

Mann, hermano menor del novelista y dramaturgo Heinrich Mann, nació en una antigua familia de comerciantes en Lübeck, el 6 de junio de 1875. Después de la muerte de su padre, la familia se trasladó a Munich, donde Thomas frecuentó los círculos culturales y artísticos. Fue miembro del comité de dirección de la revista satírica Simplicissimus, antes de dedicarse a la escritura como profesión. Su pensamiento estuvo marcado por las influencias de Arthur Schopenhauer, Richard Wagner y Friedrich Nietzsche, hasta tal punto que, en uno de sus últimos libros, Ensayos de tres décadas (1947), analiza sus propios escritos literarios rastreando las influencias de esos pensadores y de otros artistas.

Comenzó su carrera como escritor escribiendo para Simplicissimus. La primera historia de Mann, «El pequeño señor Friedemann» (Der Kleine Herr Friedemann) se publicó en 1898. Vivió en Munich desde 1891 hasta 1933, con excepción de un año que pasó en Palestrina, Italia, con su hermano mayor, el también novelista Heinrich; allí empezó la redacción de su primera gran obra, la novela Los Buddenbrook, descripción de la decadencia de una familia burguesa. En esta etapa inicial de su obra centró la atención en la conflictiva relación entre el arte y la vida, que abordó en Tonio Kröger, Tristán y La Muerte en Venecia, y culminaría posteriormente con Doctor Faustus. En La muerte en Venecia describe las vivencias de un escritor en una Venecia asolada por el cólera; dicha obra supone la culminación de las ideas estéticas del autor, que elaboró una peculiar psicología del artista...

En 1905, contrajo matrimonio con Katia Pringsheim, hija de una prominente familia de intelectuales de origen judío. Los Mann tuvieron seis hijos: Erika, Klaus, Golo, Monika, Elisabeth y Michael, todos los cuales llegarían a convertirse en figuras artísticas por derecho propio.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Mann defendió el nacionalismo alemán; al final de la contienda, sin embargo, su ideología evolucionó y se convirtió en ferviente defensor de los valores democráticos. Testimonio de esta evolución es la novela La montaña mágica, que transcurre en un sanatorio para tuberculosos y constituye una transposición novelada de los debates políticos y filosóficos de la época. En 1929 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura.

Las novelas de Mann se caracterizan por una reproducción precisa de los detalles de la vida moderna y antigua, por un profundo y sutil análisis intelectual de las ideas y los personajes, por un punto de vista distanciado e irónico, combinado con un profundo sentido trágico. Sus héroes son con frecuencia personajes burgueses que sobrellevan un conflicto espiritual. Mann exploró también en la psicología del artista creativo.

Muchos cuentos precedieron a la escritura de su primera novela importante, Los Buddenbrook (1901), que estableció su reputación literaria y se tradujo a numerosas lenguas. El tema de este libro, el conflicto entre el hombre de temperamento artístico y su entorno de clase media burguesa, volverá a reaparecer en sus cuentos Tonio Kröger (1903) y La muerte en Venecia (1912), que inspiró la película de Luchino Visconti, y la ópera de Benjamin Britten. En el Bildungsroman La montaña mágica (1924), su obra más famosa y una de las novelas más excepcionales del siglo XX, Mann somete a la civilización europea contemporánea a un minucioso análisis. Entre sus obras posteriores se encuentran los cuentos Desorden y dolor precoz (1925), sobre el amor paterno, y Mario y el mago (1930), en el que señala los peligros de la dictadura fascista y la cobardía intelectual; la serie de cuatro novelas basada en la historia bíblica de José, José y sus hermanos (1934-1944), y las novelas Doctor Faustus (1947), El elegido (1951) y Confesiones del estafador Felix Krull (1954).

El escritor español Francisco Ayala tradujo algunas de sus obras durante su exilio en Buenos Aires.

Mann fue también un notable crítico literario. Entre sus escritos críticos se encuentra Consideraciones de un apolítico (1918), un ensayo autobiográfico en el que llega a la conclusión de que un artista debe estar integrado en la sociedad. Su propio compromiso le llevó a la pérdida de la nacionalidad alemana en 1936 —a pesar de que había recibido en 1929 el Premio Nobel de Literatura— y que se exilió de Alemania en 1933, después de la llegada al poder de Adolf Hitler. Mann se refugió primero en Suiza y después en los Estados Unidos (1938), de donde se hizo ciudadano en 1944. En 1953 se estableció cerca de Zurich (Suiza), donde murió el 12 de agosto de 1955. Fue padre del autor Klaus Mann y de la escritora y actriz Erika Mann.

Exilio

Con la llegada de Hitler al poder en 1933, se exilió en Suiza hasta 1938, año en que se trasladó a Estados Unidos, donde fijó su residencia durante la Segunda Guerra Mundial. Sus obras de esta época están repletas de alusiones bíblicas y mitológicas: en la tetralogía José y sus hermanos reinterpretó la historia bíblica para indagar en los orígenes de la cultura occidental, y en Doktor Faustus, que presenta la historia de un músico que vende su alma al diablo, trató de establecer las causas psicológicas que hicieron posible el nazismo. En Confesiones de Félix Krull, su última novela, recuperó la ironía acerca de la naturaleza del ser humano que había caracterizado muchas de sus obras precedentes. Murió en Zúrich en 1955.




Obra

Mann fue laureado con el Premio Nobel principalmente en reconocimiento a la inmensa popularidad que cosechó tras la publicación de Los Buddenbrook (1901), La montaña mágica (Der Zauberberg 1924), así como por sus numerosos relatos breves. (De hecho, en el acto de entrega sólo se citó expresamente la primera de estas obras.)

Basada en la propia familia de Mann, la novela Los Buddenbrook (en algunos de cuyos pasajes el autor utiliza el llamado bajo alemán, hablado en el norte del país) narra el declive de una familia de comerciantes de Lübeck, a lo largo de tres generaciones. La montaña mágica (Der Zauberberg, 1924), por su parte, cuenta la historia de un estudiante de ingeniería que planea visitar a un primo enfermo en un sanatorio suizo con objeto de hacerle compañía por espacio de tres semanas, que finalmente se transforman en siete años. Durante este tiempo el protagonista, Hans Castorp, pondrá en oposición a la medicina y su particular punto de vista sobre la fisiología humana, se enamorará y trabará relación con multitud de interesantes personajes, cada uno con sus particular forma de ser e ideología política. A través de todo ello, Mann hace repaso de la civilización europea contemporánea.

Novelas posteriores: Carlota en Weimar (1939), en la cual Mann regresa al mundo retratado por Goethe en Las desventuras del joven Werther (1774). En Doktor Faustus (1947), el autor toma como referentes la antigua leyenda alemana de Fausto, así como sus distintas versiones (Christopher Marlowe, Goethe), además de varios elementos de las vidas y obra de Nietzsche, Beethoven y Arnold Schönberg. La novela narra la historia del compositor Adrian Leverkühn, quien pacta con el diablo para alcanzar la gloria artística. En esta novela, Mann, como hemos visto, a través de la trágica figura de su protagonista, traza un depurado diseño de la corrupción de la cultura alemana de su tiempo, que acabaría desembocando en los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Otra novela importante es Las confesiones del estafador Felix Krull (1954), que quedó inconclusa a la muerte del escritor.

También obra fundamental es la mencionada tetralogía José y sus hermanos (Joseph und seine Brüder, 1933–1942), una imaginativa versión de la historia bíblica de José, relatada en los capítulos 37 a 50 del Libro del Génesis. El primer volumen cuenta el establecimiento de la familia de Jacob, el padre de José. El segundo relata la vida del joven José, que aún no ha recibido los grandes dotes que le esperan, y su enemistad con sus diez hermanos, los cuales acaban traicionándolo y vendiéndolo como esclavo a Egipto. En el tercer tomo José se convierte en mayordomo de Putifar, pero acaba encarcelado al rechazar las insinuaciones de la esposa de su benefactor. El último libro muestra al maduro José en el cargo de administrador de los graneros de Egipto. El hambre atrae a los hermanos de José a este país, y José organiza hábilmente una escena para darse a conocer a aquellos. Al final, la reconciliación reúne de nuevo a toda la familia.

Los diarios personales de Mann, hechos públicos en 1975, revelan su lucha interna contra una homosexualidad siempre latente, la cual halló reflejo en sus libros, muy señaladamente en su conocida obra Muerte en Venecia ("Der Tod in Venedig", 1912), en la que el envejecido protagonista se enamora de un muchacho de 14 años llamado Tadzio. En el libro de Gilbert Adair The Real Tadzio, se describe cómo, en el verano de 1911, Mann se alojó en el Grand Hôtel des Bains de Venecia con su mujer y un hermano, sintiéndose atraído por un angelical niño polaco de 11 años, llamado Władysław Moes.

Considerado un clásico de la literatura homosexual, Muerte en Venecia ha sido versioneado en una película y una ópera. Un detractor del escritor, Alfred Kerr, se refirió sarcásticamente a la novela, ya que «hacía de la pederastia algo disculpable si era ejercida por las cultivadas clases medias». El propio Mann describió una vez sus sentimientos por el joven violinista Paul Ehrenberg como «la experiencia central de mi corazón». Sin embargo, como muchos otros homosexuales de su época, Mann eligió casarse y tener familia. Sus obras también presentan otros temas sexuales, como el incesto, en la obra El santo pecador.

La influencia de Nietzsche en Mann es fácilmente detectable a lo largo de toda su obra, especialmente en lo referente a las ideas de Nietzsche sobre la decadencia y las relaciones entre enfermedad y creatividad. Las dos primeras contribuirían a remediar la osificación a que había llegado la tradicional civilización de occidente. De esta manera, la "superación" a que alude Mann en la introducción de La montaña mágica y la apertura a un mundo nuevo de posibilidades que se abren ante su protagonista, el joven Hans Castorp, se producen en un contexto, en efecto, de enfermedad, como es un sanatorio de montaña.

En La muerte en Venecia, por otra parte, asistimos al simbólico encuentro entre la belleza y la resistencia al natural declive de la edad, la decadencia, ambas personificadas en la figura de Gustav von Aschenbach, personaje que actúa al mismo tiempo como metáfora del ideal de pureza del régimen Nazi (recordando a la vez la crítica de Nietzsche del ascetismo tradicional, negador de la vida). Mann valoraba igualmente las aportaciones de otras culturas; adaptó, por ejemplo, una antigua fábula india a una de sus obras, Las cabezas trastocadas.

Su trabajo es el registro de una conciencia vitalista abierta a múltiples posibilidades, es decir, que expone muy bien las tensiones inherentes a la más o menos fructífera contemplación de dichas posibilidades. Él mismo lo resumió del siguiente modo, con motivo de la concesión del Premio Nobel: «El valor y la significación de mi trabajo han de dejarse al juicio de la historia; para mí no tienen otro sentido que una vida conducida conscientemente, es decir, concienzudamente.»

Tomada en su conjunto, la carrera de Mann es un ejemplo notable de la “pubertad reiterada” que Goethe pensó característica del hombre de genio. Tanto en estilo como en pensamiento, experimentó mucho más atrevidamente de lo que comúnmente se supone. Con Los Buddenbrook asistimos a una de las últimas novelas al viejo estilo, un paciente y detallista diseño de las fortunas e infortunios de una familia.

(Henry Hatfield, en Thomas Mann, 1962)

Principales obras de Thomas Mann






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